"El sacrificio humano es esencial en la religión
azteca, pues si los hombres no han podido existir sin la creación de los
dioses, éstos, a su vez, necesitan que el hombre los mantega con su propio
sacrificio y les proporcione como alimento la sustancia mágica, la vida que se
encuentra en la sangre y el corazón humano".
Entre los aztecas, como en casi todas las culturas
indígenas, la historia es concebida como fatalidad y catástrofe. Ninguna idea
es más ajena a la mentalidad indígena que la idea occidental del progreso. ¿Por
qué? Básicamente porque la naturaleza, el clima sobre todo, era muy arbitrario
con ellos.
Este temor se nota sobre todo en los aztecas, en la idea que
tenían del sacrificio de seres humanos como homenaje y muestra de temor ante
los dioses. Esto nos puede parecer hoy espantoso y cruel. Pero los aztecas no
lo creían así. Sus razones eran fundamentalmente religiosas. Para ellos la idea
del sacrificio expresa cómo la vida se nutre permanentemente de la muerte.
Quetzacoatl fue el dios de mayor importancia entre los
aztecas. Creador de las edades, del mundo y de los seres humanos, a quienes
enseñó el cultivo del maíz. Fue el dios del viento y la sabiduría. Cuenta la
leyenda que como no podía entender los sacrificios humanos hechos en honor al
dios de la guerra y del sol, tomó una barca y se alejó por mar hacia el
oriente, prometiendo volver un día para hacerse cargo del reino. Esta leyenda
coincidió con el desembarco de Hernán Cortés.
Aquí el documental que vimos en clase.
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